viernes, 15 de diciembre de 2017

Viaje a Córdoba

Hola, me llamo Adriana y soy una mensajera, mi señor me ha mandado que le lleve un mensaje al califa de Córdoba. Estoy muy nerviosa, ya que el califa de Córdoba es muy importante, por lo que tengo que darle una buena impresión.
Partí hacia Córdoba y allí me hice amiga de un visir, que me invitó a quedarme en su almunia, que era muy grande y lujosa. Tengo que decir que la gente de Córdoba es muy amable y sociable.
A la mañana siguiente, tenía que hacer muchas cosas:(ir al baño público, al zoco...). Primero fui al zoco, donde estuve 4 horas, ya que era tan grande  que me perdía y tenía que preguntar a la gente. Allí compré comida., un collar de oro para el califa y unas sandalias, ya que las mías del viaje desde El Cairo hasta Córdoba se habían estropeado.
El zoco me gustó mucho pero los baños públicos me encantaron. Me daban ganas de quedarme allí. Había 10 termas de distintas temperaturas, además, me hicieron un masaje que me quitó todos los nervios que tenía. Me encantó. Después, fui al alcázar a entregarle el mensaje al califa y me di cuenta de que los nervios que tenía habían sido en vano, ya que el califa era muy bueno y muy gracioso. Me hice su amiga, por lo que me invitó a rezar con él en la mezquita aljama. ¡Incluso, me enseñó el sabat que unía el alcázar con la mezquita!
Era muy bonito y estaba decorado con antepasados suyos muy bien retratados. Al pasar por el sabat te da una sensación de tranquilidad y calma, el califa me explicó que lo habían construido hace mucho tiempo  y solo podía pasar él por ahí, eso me hizo sentir muy importante.
Cuando llegamos a la mezquita aljama me quedé impresionada. Nunca había visto un edificio tan bonito en mi vida. La de El Cairo era muy cutre al lado suyo. Estuvimos rezando y después le dí el collar de oro al califa, que le gustó mucho. Me dijo que me recomendaba ir a unas tenerías, ya que allí tenían un tinte especial.
Así lo hice, fui a las tenerias y en cuanto llegué  me dieron ganas de irme,¡olía fatal! Les dejé mis pieles para que les tiñeran y quedaron bonitos.
Cuando llegué al Cairo, le conté a mi señor que Córdoba estaba muy bien, la gente era muy buena, había cosas muy bonitas y le recomendaba ir.

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